La museografía es una cuestión de emociones. Las emociones propias, inspiradas por una labor creativa, absorbente y transversal, y las emociones ajenas, esas que llevan al espectador a “asistir a una liturgia laica” y a salir de los museos “con sed de conocimiento”. Es así como describe Roberto Benavente en una de sus entrevistas en la página dibam, su labor como arquitecto de varios proyectos de ambientación y renovación de espacios en dos de sus trabajos en museos, el primero y reconocido mundialmente “Museo de la Historia Natural en Francia” en el cual abordo una serie de diversas técnicas, de remodelación y renovación, de iluminación, de distribución y de recreación de la percepción de lo que llamamos “museo” y “exposición”. En su trabajo en el Museo de Oro, en Colombia se unió por completo a las culturas autóctonas de ese país para de esa forma poder demostrar lo que guarda su antiguo arte, folclore, y existir. Es esta profundización de Benavente el que lo lleva a lograr espacios que despierten la capacidad de sorpresa , también su compañerismo con el equipo de trabajo y con los distintos actores que influyen el área, motivándolos y haciendo que por medio de la preocupación de este tipo de lugares, la participación de la gente por mantener, cuidar y estar siempre innovando con apoyo de los municipios hace que el “museo” que la mayoría asocia a monotonía, aburrimiento, y claustro a un lugar lleno de vida en el cual la exposición se vuelve un aprendizaje dinámico y lleno de sorpresas.
imagen : Museo Historia Natural/ Oceano / Francia
En Chile este tipo de cercanía se da pocas veces, aunque tenemos la infraestructura para habitar el espacio con estas características, la inversión para provocar este tipo de impacto esta completamente olvidada o vista como una necesidad de segunda categoría ¿Qué no es importante el rol del museo en chile? Pues bien creemos que casi por idiosincrasia nos hemos hecho a un lado al comprender cualquiera de estas temáticas por el simple aspecto de no encontrarlas atractivas o seductoras y creer que en ellas recaen el tradicionalismo, el aspecto conservador, secos, inaparentes a lo que en otros lugares se demuestran, el trabajo de crear la atmosfera que nos lleve hacia este tipo de lugares rematados de información instantánea en nuestros sentidos.
arriba imagen : Museo de Oro / Bogota - Colombia
abajo imagen : Museo Historia Natural/ Francia
Como exponía en la charla del día miércoles pasado Roberto Benavente y nos relataba su participación en la expo de Lisboa 1998, diseñando el pabellón chileno , junto con el también muy reconocido arquitecto Borja Huidobro en el cual el recurso “dinero” que el estado aportaba para el diseño y la exposición de aquel proyecto era mínimo, y en donde después de largas negociaciones se logró el acuerdo de una mayor inversión para aquel pabellón, en el cual la persuasión más importante fue la de que aquel pabellón volvía a chile y se queda con lo nuestro y por lo nuestro acá… al finalizar la exposición se dejó por largo tiempo apilado en alguna esquina sin tener ninguna utilidad. Así nos percatamos del poco valor que consideramos a estas piezas y a la mínima gestión que propone el estado en promover la cultura por medio de esta gran maquinaria de exposición chilena…y luego lo peor… el mismo (R. Benavente) motiva a que el pabellón sea regalado a Concepción, y este se extravía misteriosamente sin dejar rastro alguno… al menos pensemos positivo y esperemos que aquella pieza invaluable este en manos de “personas” que aprecien este tipo de arte-espacio y no en aquellos que quieran desvalijar estas piezas únicas con el fin y el afán de conseguir un poco de dinero fácil…. Se le pregunto por este tema a Roberto Benavente hace algún tiempo atrás en la misma página el Dibam lo siguiente:
En el último tiempo, en Chile, se ha generado una profunda renovación de los museos que, además, se ha visto acompañada de ciertas instancias de reflexión. ¿Cómo ven desde afuera este proceso?
RB: Además de pensar en cómo pueden ser renovados los museos existentes y cómo se podría hacer otra cosa, creo que el nudo central es la política cultural chilena. Esa es la pregunta que yo me hago. Finalmente, los museos intervienen en los tiempos muertos de la vida de la familia, y el pasatiempo en el Chile de hoy son los centros comerciales. No es que sea bueno o malo, pero en la realidad hay que preguntarse cómo la cultura en general se inserta en ese tiempo de desocupación de la gente y cómo hacemos que la cultura sea una necesidad real.
Fragmentos extraídos de la página: http://www.dibam.cl/patrimonio_cultural/patrimonio_museo/art_imperio.htm - entrevista de Claudia Aguilera a Roberto Benavente y Augusto Saavedra- N°37, año X –primavera 2005
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